Recuerdo con tanto cariño esos 15 meses que pasé en NY, ciudad maravillosa. Es raro el poder de la memoria, cómo lo transfigura todo reteniendo únicamente los momentos buenos. Y tuve muchos momentos buenos en NY. Han pasado 6 años desde que volví, una eternidad. A veces me cuesta recordar que de verdad he vivido allí, que de verdad me he paseado por la quinta avenida con mi café en la mano como Meg Ryan en sus pelis, que de verdad conocí a las decenas y decenas de personas que se cruzaron por mi vida en esos 15 meses. Me cuesta recordar que la gran manzana fuera mía un tiempo y que la disfrutara tanto. También la sufrí y mucho. Pero qué lindos recuerdos, yo y NY tomadas de la mano. Echo de menos la energía neoyorquina y a todos esos amigos que andan ahora esparcidos por el planeta. Esos amigos con los que tuve la suerte de coincidir un tiempo breve e intenso en la ciudad más increíble del planeta. Cristian, Campa, David, Karla, Ash, Andrea, Maxi, las chicas del LWFC, Mister T, Fabien, Geneviève.. Cada uno con su historia y sus proyectos. Muchos sé que no los volveré a ver. Otros sí. Pero nunca más todos juntos en nuestro bar del East Village. Así es, todo tiene fecha de caducidad pero mientras dura es bonito. Triste también. Volver la mirada hacia atrás y ver cuán rápido pasa el tiempo...
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