martes, 1 de noviembre de 2011

Ciertos bodrios franceses.

Estoy frita de esas peliculas francesas engalardonadas por la crítica que resultan ser un auténtico bodrio, una sucesión de acontecimientos y diálogos absurdos e incoherentes que se quieren y se creen profundos y originales. Frita de ver actores sobreactuar en medio de situaciones surrealistas con las que ningun ser humano cuerdo dignaría identificarse. Frita de tanto director egolatra y guiones enrevesados. Y es que donde este una buen pelicula americana de domingo por la tarde que se quiten todos estos tostones insufribles.
La boda de mi mejor amiga versus la fidelidad de Zulawski....

Las dos son malas. Una lo sabe, la otra ni se lo imagina...